Los efectivos se llevaron el alimento que se comercializaba, y no estaba permitido para el consumo humano.
El allanamiento lo realizó la Unidad Fiscal de Investigaciones Ambientales en distintos locales de comida en el Barrio Chino porteño, en Belgrano, que vendían pescados que no estaban aprobados por el Código Alimentario Argentino, como distintos tipos de tiburón y de almejas.
Recordemos que el Ministerio de Agricultura a través de la resolución 100/2021 dispuso la prohibición hasta el 31 de diciembre de la exportación de pescados de río y fijó cupos para otras, con el objetivo de minimizar el impacto de la actividad pesquera sobre el stock reproductivo, afectado por la bajante histórica del Río Paraná.
Además, en el operativo en el barrio chino, identificaron que tiraban con los desechos comida en mal estado, lo que despertó el malestar de los vecinos de la zona. La investigación se llevó adelante con la unidad de Delitos Especiales de la Policía Federal y el cuerpo de investigaciones de la Ciudad de Buenos Aires. La suspensión de los locales la terminará de definir la fiscalía que interviene en la causa.
Sin embargo, la dueña de uno de los locales allanados dijo que “La Policía no tiene conocimiento si el pescado está fresco”. Asimismo, descartó que los alimentos estuviesen en mal estado. “Estoy loca, vino un montón de gente y estoy sola, estoy partida en cuatro partes”.
Distintos efectivos del Poder Judicial llegaron a diversos locales del llamado Barrio Chino y se llevaron la mercadería que no estaba autorizada para vender. Uno de los trabajadores del local dijo: “Vinieron a llevarse la mercadería diciendo que supuestamente no está habilitado”. Esta instancia la realizó la Dirección General de Higiene y Seguridad Alimentaria justificó la destrucción de los productos que se vendían. Explicaron que no son aptos para el consumo humano, y lo llevaron al Ceamse.
Por tanto, el fiscal de la causa, Carlos Rolero Santurian, señaló que “hay alimentos no aptos para el consumo humano”. Y agregó “Más allá de la calidad del alimento, los productos tienen que tener un origen determinado, y tiene que estar constatado. Se tiene que ver poder ver de forma fehaciente desde el lugar de origen hasta la venta al público por dónde pasó el alimento, y eso no se puede hacer”.
Un vendedor del local confirmó que vendían tiburón pero señaló que “no sabíamos que no estaba permitido”, y siguió “nunca te explican el tema de las habilitaciones, justo hoy vinieron con eso”, dijo con molestia. “Acá no hay nada en descomposición, si el proveedor trae algo que no está apto para el consumo, se devuelve”.
Sobre los clientes de estos productos no habilitados para el consumo, el vendedor señaló que la mayoría “no son argentinos porque no conocen”. Lo consume la que viene de China, japoneses, coreanos. No son productos costosos”.
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