Un joven de 17 años fue baleado por un policía de la Ciudad al ser interceptado cuando se trasladaba con tres amigos en un auto. Los policías fueron apartados para realizar tareas operativas.
Su madre denunció “gatillo fácil”, ya que los efectivos “tiraron a matarlo”, y que le “plantaron” un arma para simular un enfrentamiento.
El hecho ocurrió este miércoles a las 9.30 cuando, en circunstancias que aún son materia de investigación judicial, el adolescente y tres amigos se movilizaban en un Volkswagen Suran y al detenerse en un kiosco situado sobre la calle Luzuriaga, de Barracas, fueron interceptados por efectivos de la brigada de la Comisaría Vecinal 4C quienes, según su versión, creyeron que iban a cometer un robo.
En tanto, la policía dijo que los jóvenes se negaron a ser identificados, embistieron con el vehículo a dos efectivos y tras una persecución a los tiros que se extendió hasta el cruce de Alvarado y Perdriel, el futbolista fue hallado herido de dos tiros en la cabeza en el asiento del acompañante, dos de sus amigos fueron detenidos y un tercero escapó, aunque más tarde se presentó en sede policial con su madre y quedó aprehendido.
En la mañana del jueves, Javier, padre del chico que manejaba la Suran, dijo que según le adelantaron en el juzgado de menores que tiene la causa, su hijo y los otros dos jóvenes “declararán como testigos en la causa en la que se investiga el accionar policial”.
Por otra parte, tras conocerse el hecho por fuentes policiales, la primera información indicaba que a raíz del episodio dos policías resultaron heridos con politraumatismos leves al ser embestidos por los chicos cuando quisieron detenerlos porque supuestamente estaban armados.
A su vez, en el auto que manejaban los jóvenes, fue hallada una réplica de plástico de un arma, pero según la mamá del herido nunca pudo haber sido vista por la policía porque la hallaron en el baúl.
Por este motivo, Cintia, la madre del joven, dijo “La encontraron recién a la noche, una réplica y en el baúl”, dijo Cintia, al considerar que el arma fue “plantada”
Al igual que Cintia, los demás familiares de los chicos detenidos rechazaron la versión policial y aseguraron que no habían cometido ningún delito y que acaban de salir de un entrenamiento, ya que se habían ido a probar a las divisiones inferiores de Barracas Central.
Ante esta situación, el Juzgado de Menores 4, a cargo del juez Alejandro Cilleruelo, separó a la Policía de la Ciudad de los peritajes y ordenó que todos los trabajos forenses fueran realizados por peritos de la Policía Federal Argentina (PFA).
El juez ordenó el secuestro de las armas reglamentarias de los policías que participaron en el hecho y que se les practiquen estudios de dermotest para determinar cuál de ellos efectuó disparos.
En tanto, desde la Coordinadora contra la Represión Policial Institucional (Correpi) denunciaron que se trata de un nuevo caso de “gatillo fácil”.
“Otra vez la misma historia. La policía de la Ciudad disparó contra unxs chicxs que volvían de jugar al fútbol en Barracas. Uno de ellos está gravemente herido en el Hospital Penna. No es un confuso episodio, es gatillo fácil”, publicó el organismo en sus redes sociales.
En tanto, la salud del joven está en estado reservado. En un comunicado, la dirección del centro asistencial detalló que el paciente ingresó con un “deterioro neurológico agudo secundario a herida” y en “estado crítico” procedente del Hospital General de Agudos Dr. José María Penna de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Asimismo, destacaron que el joven está “recibiendo soporte artificial de funciones vitales” y “permanece mecánicamente ventilado con apoyo hemodinámico y medidas de soporte vital”. El parte médico concluye con que la “condición neurológica es crítica” y “se están realizando los estudios pertinentes para definir su pronóstico”.
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